Desde mi experiencia emprender un negocio se compara con una emocionante montaña rusa. Parece sencillo, divertido pero pocas veces estamos conscientes de todo el trabajo que implica. Para comenzar es necesario escuchar cuidadosamente nuestra propia conversación interna mezclada entre: La adrenalina de una gran idea Las expectativas con el miedo a fracasar y La realidad.